El Super Bowl no es solo el partido más importante de la NFL, sino también el mayor escaparate de marketing deportivo del mundo. Con más de 115 millones de espectadores en EE. UU. y millones adicionales a nivel global, este evento se ha convertido en una plataforma comercial y cultural única, donde marcas, patrocinadores e influencers compiten por captar la atención de los fans.

Un escaparate publicitario millonario
Los costos publicitarios alcanzan cifras récord cada edición. En el Super Bowl LIX (2025), un spot de 30 segundos llegó a costar alrededor de 8 millones de dólares, superando los 7 millones del año anterior (NBC Sports). A pesar de estas cifras, las marcas siguen invirtiendo, conscientes del enorme retorno.
Según Forbes (2025), la NFL genera más de $2.5 mil millones anuales en ingresos por patrocinio, siendo el Super Bowl el eje principal. Un dato que demuestra el valor de esta plataforma: The Wall Street Journal reportó que en 2023, el 69 % de los espectadores recordaba al menos un anuncio del Super Bowl una semana después del partido.

Multicanalidad: Televisión, digital e influencers
La experiencia del Super Bowl ya no se limita a la televisión tradicional. Las estrategias más exitosas combinan emisión en vivo con plataformas digitales como CTV (Connected TV), dispositivos móviles y redes sociales. Durante la semana del evento, plataformas como YouTube y Snapchat presentan tasas de CPM más bajas, abriendo oportunidades estratégicas para marcas con presupuestos más ajustados.
El marketing con influencers, aunque representa menos del 2 % del gasto total, sigue en crecimiento. Jugadores como Patrick Mahomes o Travis Kelce, junto con artistas de medio tiempo como Usher o Rihanna, integran la cultura pop con el deporte, amplificando el alcance. En 2023, la actuación de Rihanna durante el Super Bowl LVII alcanzó a más de 121 millones de espectadores, superando la audiencia promedio del partido, según Variety.

Marcas y campañas icónicas
En 2025 participaron más de 50 marcas, cubriendo sectores como tecnología, bebidas, automoción, streaming y servicios digitales. Destacaron nuevos actores como Liquid Death, Instacart, Ritz o HexClad, y campañas llamativas como:
Nike, celebrando el deporte femenino.
Budweiser, con su spot “First Delivery”.
OpenAI, debutando en el mayor escenario deportivo del mundo.
Estas activaciones confirman que el Super Bowl es mucho más que un evento deportivo: es un terreno de innovación creativa y storytelling que genera conversación durante semanas.

Conclusión
La NFL ha convertido el Super Bowl en un evento de marketing experiencial, donde el consumidor no solo ve un partido, sino que vive un espectáculo que integra música, moda, gastronomía, tecnología y activaciones de marca. Este enfoque lo posiciona como una plataforma única capaz de generar miles de millones en ingresos y reforzar la conexión emocional entre fans y marcas.